martes, 12 de febrero de 2008

gran burbuja por Carballido

Rock del triste
Puede el hombre volver mano violenta
contra su propio bien, y este recinto
verá que sin provecho se arrepienta.

Como aquel que desprecia un mundo hermoso,
juega despilfarrando facultades,
llora cuando debiera estar gozoso.
(Infierno, Canto XI, en Algunos cantos del infierno)

aquí también se llueve su muerte, mientras seguramente él se divierte en otro sitio
jugando

no entiendo como hay gente que vive sin escribir
a mí me divierte mucho
no imagino otra forma de vivir que no sea escribiendo

dijo un día (debió ser una mañana de enero del año pasado, en Mérida) entre palabras y risas breves detrás de su mirada de niño mentiroso
de niño con memoria

Liuba: Nostalgia. Nostalgia. Nostalgia. Qué hermoso tener nostalgia de lugares, tener aún nostalgia de alguna calle, de algún paisaje. Yo la tengo de mí, de algunas caras que fueron mías, muy anteriores a ésta, y no sé dónde quedaron. De cosas que no ocurrieron.
(Acapulco, los lunes)

hace un par de años tuve también la impresión de ser testigo-dueñalejana de un espectáculo así -de nostalgia-
mi memoria me susurra que ahí estaban Rulo y Lula y Jorge
todos niños
aprendí entonces a soportar un poco más los lunes de cada sitio y cada día
los lunes de cada siglo y de cada hora
como una cometa

El hombre: Hay gente que ve nacer los siglos y gente que los ve acabar. Yo nací con el siglo recién empezado y no lo veré acabar. Es como los cometas: hay gente que nace entre dos cometas y nunca puede ver uno.
Ana: Yo vi un cometa enorme, que cubría medio cielo... Me acuerdo tan claramente...
El hombre: También hay gente que nace entre dos épocas y ven al mundo enfermarse y languidecer. Les toca ver el fin de todo sin que nada principie. Eso es muy triste.
Ana: Bueno, no sé muy bien de cuándo a cuándo va una época.
El hombre: Nunca se sabe. Se averigua después, mucho después. Y entonces la época se cuenta desde la muerte de alguien, desde que algo se dijo, desde que apareció algún libro [...]
(El día que se soltaron los leones)

qué nombre tendrán todas las cosas encontradas bajo la lluvia de hoy

Sergio: El dinero no es una cosa concreta, no es el papel o la moneda que tienes entre los dedos. El dinero es una convención, un símbolo para tener cosas, objetos, deseos realizados. Si acumulas dinero, en realidad estás acumulando deseos, como tu papá. Y el tiempo pasa, los deseos se marchitan, se vuelven feos, inoportunos, ¿entiendes?
(Felicidad)

quizás de ahí la necesidad de reciclarlos tomando el vacío-burbuja-gran paréntesis para jugar el juego de la nostalgia y la memoria
la obra de teatro y la escenita en la que cada quien se pierde o permanece
Myra: Nunca había estado en un cementerio junto al mar.
Alvin: Yo nunca había estado en un cementerio, period. Es extraña idea si lo piensas, ¿no? Una tierra que sirve para poner muertos acostados uno junto a otro...
Myra: es mejor que nos quemen. Cenizas... y al mar [...]
(Acalpuco, los lunes)

el mar que también existe en el eco de la lluvia y en la huella de cada paso hacia el reciclaje de los deseos locos
Voces:
-atrás de cada paso hay una esquina.
-cada paso es un rumbo.
[...]
-la libertad es un gesto loco.
-la elección es un gesto loco.
-la libertad toma la forma del gesto con que la escogemos.
[...]
-y también hay la gracia.
-el circo gratis.
-el día y la noche.
-las olas.
-los rayos.
-el día de fiesta.
-el arco iris y el eco.
-la vida diaria.
(Yo también hablo de la rosa)
yo también hablo y lluevo de Carballido

2 comentarios:

Raúl H. Pérez dijo...

Estas palabras son un buen homenaje a Carballido.

Que estés muy bien.

urinario dijo...

hola! soy de buenos aires y estudio teatro.

Leí Yo también hablo de la rosa y me encantó. No puedo comprarme las obras de este buen hombre.

¿tendrías textos de este autor para pasarme?

Un saludo.
s_uriburu@hotmail.com