jueves, 21 de febrero de 2008

el libro lleno (no. 5)


para raúl

a quien vive en silencio,
dedico estas páginas,
silenciosamente

dice como en un susurro Josefina Vicens antes de empezar a llenar de deseos clausurados El libro vacío
deseos que a su vez inauguran las ansias remotas
(de escribir hablar inventar significar) de quien se enfrenta a sus páginas

sin antecedentes ni caminos antes trazados
recuerdo que también me vi en el libro vacío como en el fondo de un vaso sin fondo
donde todo se deforma interminablemente

pero al mismo tiempo quise ser dueña de infinitas cosas

el niño, como el hombre, no posee más que aquello que inventa

firmándolas con mi nombre
muy grande y muy mío
así como el de josé garcía que no llegó a ser nunca ni grande ni propio
quizás porque se empeñó en

no usar la voz íntima, sino el gran rumor

el gran rumor tan vacío como sus páginas diarias
como sus horas de nostalgia (ausenciadolorlejanía)
cuando

en realidad lloraba por los dos más agrios dolores del hombre: el amor y el adiós

sin el consuelo de escribir una sola línea
una palabra
que diga el amor que desdiga el adiós con mis ojos de extraña
un nombre
que aunque sea desde lejos nos identifique con quien se refleja en la página

(a pesar de que el pretexto para escribir
sea escribir el porqué no se escribe)

¿por qué no puede brindarse a cualquiera, en su momento único, la frescura de una palabra, de un abrazo, de una pregunta?

¿porque en más de un sentido estamos condenados también a vivir/estar/morir silenciosamente

y el impulso se me queda dentro, quieto, silencioso, sin atreverse a vivir, que es como morir antes de la hora

a haber vivido siempre antes de tiempo
o demasiado tarde
mucho después de la hora?

3 comentarios:

Raúl H. Pérez dijo...

Hola Karla.

Gracias por la dedicatoria. No te preocupes, no faltaron (ni faltarán) las cervezas.

Gracias.

Agustín Abreu Cornelio dijo...

Recuerdo haber leído "El libro vacío" hace varios años, buscando algo de narrativa tabasqueña decente. Luego de haberme liberado del impacto estético, melancólico, funesto para un lector desprevenido, corrí a revisar la biografía y, sí, efectivamente era tabasqueña, y EXCELENTE.
Acabo de estar presente en un encuentro de poesía en tabasco y la gran ausente, como siempre fue Josefina Vicens, su nombre fue pronunciado una sola vez --que yo recuerde. No hay ediciones críticas de su obra, ni lecturas públicas; su nombre encabeza tímidamente un salón de la Escuela de Escritores, nada más.
Muchas gracias por leerla y disfrutarla. Y si consigues algo más de ella, además de "El libro vacío", acuérdate de los cuates.

Karla Marrufo dijo...

gracias chicos. agstn: la otra novela de Vicens (entiendo que esas dos obras constituyen su obra completa), "los años falsos" está en internet, pero no dejo de buscarla en edición impresa... no me olvido de los cuates