lo que se atesora en ellos no se encuentra en los hombres vivos
dice Nava Semel en Una mujer de El Fayyum (cuento que encontré ayer por casualidad/sintaxis metafísica en Once escritoras israelíes)
se encuentra -no sé- en estar volviendo todo el tiempo hacia la muerte
como aquel hombre -el de Semel- que insistía en encontrar/se con la mirada de una mujer
parecida a las de estas imágenes
con los ojos de vida verdadera
o muerte verdadera
confrontando su retrato funerario con la muerte misma de las cosas
el destino de los objetos inanimados es malo, tendrán una segunda muerte
asegura Semel
(segunda muerte ¿dispuesta para insistir en reciclar nuestros deseos puestos en ellos?)
los retratos son mitad objeto inanimado mitad sujeto retratado
son el alebrije vivo de quien se aproxima a la muerte
también esto es una línea de tiempo tenue que se dibuja y se rompe
esto equivale a un retrato
a la niñez trasladada al recuerdo de un otro
niñez lanzada hacia otro cuerpo con memoria
por eso el hombre que busca sin sosiego a la mujer de El Fayyum busca a una mujer muerta
no es una mujer defectuosa, a no ser que supongas que también en la eternidad existe defecto
la memoria milenaria que susurra desde la mirada de los hombres y mujeres de El Fayyum
tal vez, en otro lugar, incluso los muertos se perdonan unos a otros
nos perdona el olvido
y el polvo sobre los rostros
tal vez también Semel creyó caer en esos ojos
a lo mejor en las caras que se mueven aparecerá mi retrato fayyumí. No pido la caridad de las criaturas. Sea, sé que no volveré a ser como antes. Pero quizá hallaré cierta dulzura en los hombres, aunque no sea más que una pequeña dulzura [...]
1 comentario:
:O... No sabía hasta que supe. ;)
Por cierto
http://vendranlluviasuaves.blogspot.com/
Muchos chupos entrañables para ti.
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