miércoles, 10 de diciembre de 2008

viaje a la novela perfecta (no. 28)


la perfección extrema en la novela es fruto de la imperfección de nuestra especie

"el viaje"
sergio pitol

aunque las fechas atienden a un impecable orden crono-lógico "el viaje" de sergio pitol se desdobla en las diversas facetas de un encanto emanado de las ciudades visitadas pero desconocidas
las ciudades deslumbrantes hacia las que uno camina
pero a donde nunca se termina de llegar

a través del curso de los días entre el 19 de mayo y el 3 de junio seguimos a una voz juguetona que se enfrenta sonriendo a una noción de la comedia humana entendida como
un complejo mecanismo de relojería donde la extrema generosidad convive y participa con crímenes inmundos, donde los mejores ideales que ha concebido y realizado el ser humano no logran apartarlo de sus infinitas torpezas, sus mezquindades y sus perennes demostraciones de desamor a la vida, al mundo, a sí mismo

el viajero, cuya memoria no encuentra un eco posible para describir praga, nos pierde en los vericuetos de sus otros recuerdos
de todos los sueños para los que sí ha encontrado no sólo una voz
sino también las palabras adecuadas para insertarlos en una ciudad
en un nombre parecido a todos los demás pero siempre distinto
los laberintos de este viajero se llaman sueños
se llaman Tolstoi/Dostoievski/Canetti/Tsvietáieva/Meyerhold/Gogol/Kafka/Pitol
se asumen como excéntricos
constantemente huyendo de un centro demasiado serio

el mundo de los excéntricos y familias anexas los libera de las incoveniencias del entorno. la vulgaridad, la torpeza, los caprichos de la moda, y aun las exigencias del poder no los tocan, o al menos no demasiado, y no les importa

si todos los nombres son el mismo nombre
la novela es también crónica/cuento/ensayo/librodeviajes/diario/memoria/autobiografía
es un recuerdo emparentado con el sueño
el miedo
el deseo
la voluntad
lo humano del ser humano
la infancia y sus revelaciones
ante la mirada niña del viajero las cosas adquieren una proporción distinta
un nombre ruso o georgiano o mexicano
pero siempre auténtico
el cuadro simple de unos peces rojos es, por ejemplo,

más que una experiencia estética [...] un trance místico, una revaloración instantánea del mundo, de la continuidad del mundo

viaje y viajero son la revelación de un rompecabezas extraño e inconcluso
de una verdad vertida en las palabras imprecisas del trance onírico
en las palabras de efecto mentiroso y dulce

ahora que escribo, creo que exagero, que todo entonces fue muy rápido, muy cotidiano, más loco y gogoliano, muchísimo más divertido, y no tan pretencioso, efectista, falso desde el principio como lo he escrito ahora


citas tomadas de "el viaje" de sergio pitol, ediciones era, méxico, 2000.
imagen: "peces rojos", henri matisse.