viernes, 26 de diciembre de 2008

el sueño después de la oscuridad (no.29)



el reloj marca cuatro minutos antes de la medianoche
y en esa oscuridad se enmarca el episodio de las cosas extrañas que se configuran bajo el título de


after dark
de haruki murakami


no hay un principio ni un final
sólo la noche
una noche de coincidencias
una noche larga de conversaciones y encuentros
en la que mari lee y su lectura se ve interrumpida por la aparición de takahashi
un músico de jazz
y luego por la presencia de kaoru
mujer corpulenta, recepcionista de un motel y que solicita la ayuda de mari para auxiliar a una prostituta china que ha sido brutalmente golpeada


en otro sitio
en una habitación sencilla
eri asai duerme
y su sueño profundo es vigilado por una mirada
por un punto de vista que la rodea y explora el más pequeño de sus movimientos



...


los diálogos
las historias de los personajes se van entrelazando
coinciden sin entrar en contacto
se miran borrosos
desdibujados
quizás de la misma forma que se verían las personas en el sueño de eri asai

se entrecruzan brevemente
durante una noche
pero no pasa nada
sencillamente sus imágenes permanecen reflejadas en los espejos cuando ya se han ido
como dejando una parte de sí atrapada en el cristal





como en otros textos de murakami la escición es el punto clave
no para descubrir un sentido oculto en sus palabras
sino para sumergirse en un yo que se desdobla, a veces, sin darse cuenta
que se extravía a pedazos en otros sitios
en otros sueños





algo se pierde
algo se rompe
algo deja de ser
y no hay vuelta atrás
la vida como la noche es irreversible

llega la mañana y apenas se puede intuir la presencia de algo

uno sigue siendo uno, pero incompleto
se recuerdan los sucesos, pero no es fácil relacionarlos de un manera lógica
al final todo queda igualmente sumergido como entre sueños
sueños profundos y oscuros

miércoles, 10 de diciembre de 2008

viaje a la novela perfecta (no. 28)


la perfección extrema en la novela es fruto de la imperfección de nuestra especie

"el viaje"
sergio pitol

aunque las fechas atienden a un impecable orden crono-lógico "el viaje" de sergio pitol se desdobla en las diversas facetas de un encanto emanado de las ciudades visitadas pero desconocidas
las ciudades deslumbrantes hacia las que uno camina
pero a donde nunca se termina de llegar

a través del curso de los días entre el 19 de mayo y el 3 de junio seguimos a una voz juguetona que se enfrenta sonriendo a una noción de la comedia humana entendida como
un complejo mecanismo de relojería donde la extrema generosidad convive y participa con crímenes inmundos, donde los mejores ideales que ha concebido y realizado el ser humano no logran apartarlo de sus infinitas torpezas, sus mezquindades y sus perennes demostraciones de desamor a la vida, al mundo, a sí mismo

el viajero, cuya memoria no encuentra un eco posible para describir praga, nos pierde en los vericuetos de sus otros recuerdos
de todos los sueños para los que sí ha encontrado no sólo una voz
sino también las palabras adecuadas para insertarlos en una ciudad
en un nombre parecido a todos los demás pero siempre distinto
los laberintos de este viajero se llaman sueños
se llaman Tolstoi/Dostoievski/Canetti/Tsvietáieva/Meyerhold/Gogol/Kafka/Pitol
se asumen como excéntricos
constantemente huyendo de un centro demasiado serio

el mundo de los excéntricos y familias anexas los libera de las incoveniencias del entorno. la vulgaridad, la torpeza, los caprichos de la moda, y aun las exigencias del poder no los tocan, o al menos no demasiado, y no les importa

si todos los nombres son el mismo nombre
la novela es también crónica/cuento/ensayo/librodeviajes/diario/memoria/autobiografía
es un recuerdo emparentado con el sueño
el miedo
el deseo
la voluntad
lo humano del ser humano
la infancia y sus revelaciones
ante la mirada niña del viajero las cosas adquieren una proporción distinta
un nombre ruso o georgiano o mexicano
pero siempre auténtico
el cuadro simple de unos peces rojos es, por ejemplo,

más que una experiencia estética [...] un trance místico, una revaloración instantánea del mundo, de la continuidad del mundo

viaje y viajero son la revelación de un rompecabezas extraño e inconcluso
de una verdad vertida en las palabras imprecisas del trance onírico
en las palabras de efecto mentiroso y dulce

ahora que escribo, creo que exagero, que todo entonces fue muy rápido, muy cotidiano, más loco y gogoliano, muchísimo más divertido, y no tan pretencioso, efectista, falso desde el principio como lo he escrito ahora


citas tomadas de "el viaje" de sergio pitol, ediciones era, méxico, 2000.
imagen: "peces rojos", henri matisse.